Abordando temas sobre sostenibilidad en los campus
Además de fomentar prácticas respetuosas con el medioambiente, las instituciones académicas tienen una oportunidad única de ser ejemplo en sostenibilidad. Mediante iniciativas ecológicas y medidas para llevar un estilo de vida más sostenible, estas instituciones pueden reducir su impacto medioambiental a la vez que concientizan sobre estos importantes temas a sus alumnos.
Consumo energético, más eficiente, fiable y flexible
Muchos campus educativos cuentan hoy en día con plantas centrales de suministro que usan tecnologías de cogeneración de calor y energía altamente eficientes. Además, las universidades buscan mejorar más la sostenibilidad y la fiabilidad de sus sistemas incorporando tecnologías de energía renovable o de microrredes. Veolia trabaja conjuntamente con los clientes del sector académico como proveedor de confianza para implementar proyectos y operaciones a largo plazo.
Sirviendo a los estudiantes de hoy y planificando para las generaciones futuras
A pesar del creciente número de estudiantes matriculados y la necesidad de adaptarse a esta gran afluencia, las instituciones académicas se enfrentan a retos como los recortes presupuestarios y el aumento de los precios de las matrículas. La gestión eficaz de los residuos y la energía, y la aplicación de sistemas combinados de calor y electricidad, y de submedición, ayudan a reducir la presión sobre los presupuestos y a minimizar el uso de la energía y el impacto ambiental.
Minimizar el impacto de los residuos
La eliminación adecuada de los residuos es un aspecto importante para una vida sostenible. En los campus universitarios, los residuos van desde los más peligrosos y electrónicos, que se producen en las instalaciones de investigación, hasta los más reciclables, producidos por los estudiantes diariamente. Si se clasifica y elimina de forma segura los residuos de laboratorio, incrementando la tasa de reciclaje, se puede desviar más residuos de los vertederos y mejorar su eficiencia en general.
Se estima que el ahorro de energía al cambiar los hábitos y costumbres de los estudiantes, profesores y el personal de un centro educativo, una vez que son conscientes de las prácticas sostenibles, es del 10%.